Hoy entrevisto a Andrea, de Kattercolor.
Andrea estudió psicología porque le interesa el mundo de las emociones y empatizar y ayudar a los demás. Pero debido a su alta sensibilidad, pronto se dio cuenta de que no podría desarrollar esa profesión.
Su madre intentó sin éxito que volviese a pintar, ya que desde pequeña había mostrado un talento especial para dibujar. Pero se había olvidado de que aquello le gustaba y no creía que con eso pudiera ganarse la vida.
Hasta que un día su madre se puso mala de la espalda, y Andrea por complacerla y entretenerla, empezó a pintar en acuarelas con ella. Y se hizo la magia. Andrea reconectó con su don.
La inestabilidad de la acuarela le ha enseñado a adaptarse, a aceptar, a que en la vida hay que tener un plan B, a encajar las cosas como vienen. La acuarela en una proyección de la vida misma.
Y eso es lo que Kattercolor transmite en sus talleres. La acuarela como terapia de relajación, de abstracción y de aceptación.
Desarrollar su talento y haber encontrado la forma de ponerlo al servicio de los demás, le ha aportado seguridad en si misma y satisfacción personal.
Hablamos de talento, de creatividad, de la creencia de que si a ti te sale de manera natural, a los demás e les dará bien también…y de muchas cosas más.
Espero que lo disfrutéis.
«Muchas veces no somos conscientes de lo que somos capaces de hacer»
Andrea.