Esta meditación viene muy bien hacerla cuando nos sentimos nervioso, alterados, esa sensación de que hemos perdido el centro o de que estamos como removidos. Esta meditación nos va ayudar a anclarnos a la tierra, por lo que nos aporta estabilidad y serenidad, pero también nos ayuda a conectar con lo divino y a estar más receptivos y abiertos a lo que tenga que llegar, por lo tsnto también nos ayuda si necesitamos claridad e inspiración.
Yo sobre todo la hago mucho cuando me siento nerviosa en general, es decir, que no siento ningún chakra en concreto bloqueado o cuando llevo días que me alejado de la práctica o que he tenido muchos cambios, he perdido un poco el foco o la rutina…y necesito reequilibrar toda mi energía, recuperar asiento, apertura y conectarme con todos los chakras.